La lavanda es una planta muy extendida en las regiones mediterráneas, conocida por su olor característico y sus propiedades beneficiosas. De hecho, además de utilizarse ampliamente en la fabricación de jabones e infusiones; hoy en día la lavanda es ampliamente utilizada en el campo de los suplementos alimenticios y los nutracéuticos. En particular, las microcápsulas de lavanda distribuidas por IPS son un producto de última generación, ya que permiten aprovechar al máximo los principios activos de la planta.

El aceite esencial de lavanda, utilizado para fabricar las microcápsulas secas, se extrae de las flores de la planta y concentra la mayor parte de sus principios activos. Entre ellos están el linalol (20-50%) y el acetato de linalilo (20-30%), así como varios derivados terpénicos menores. Debido a su formulación especial, las microcápsulas de lavanda contienen entre un 75% y un 85% de aceite.

La principal característica de las microcápsulas de lavanda de IPS es, precisamente, el proceso de fabricación: la microencapsulación por coacervación. Esta técnica consiste en recubrir la materia prima con una fina membrana polimérica, lo que aporta numerosas ventajas respecto a las formulaciones estándar.

Además de la posibilidad de obtener un producto con altas concentraciones de principio activo, el uso de microcápsulas permite enmascarar los sabores y los olores. En el caso concreto de la lavanda, es posible enmascarar su típico sabor amargo.

Otra ventaja de las microcápsulas de aceite esencial de lavanda es su liberación controlada en el tracto gastrointestinal. De hecho, la membrana polimérica está diseñada para soportar niveles de pH elevados, liberando el principio activo sólo en determinadas condiciones favorables para una buena absorción por parte del organismo.

Por último, cabe mencionar que, gracias a su pequeño tamaño, las microcápsulas de lavanda pueden utilizarse para la preparación de cápsulas duras, sobres monodosis orodispersables y viales monodosis con tapones dosificadores.